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Fugaz Eternidad

  Luego de unir cada fragmento de su corazón encontró en el trabajo y el ocio la distracción perfecta para blindar su corazón.  Magno error ...

lunes, 21 de septiembre de 2015

Santiago, ciudad del ave fénix

Santiago de Chile para un extranjero es una ciudad extrema. Es una ciudad que estremece tu existencia, tu ser, desde lo más profundo de tu alma hasta tu construcción imaginaria cultural e identitaria, es decir, los patrones mentales instaurados a lo largo de tu vida. Por lo tanto, repercute en tu exterior, en la manera de ver y enfrentar el mundo, y de cómo te relacionas con la sociedad.

Tal vez la grieta de la capa de ozono repercuta sobre la velocidad o potencia en la materialización, o más bien, atracción de aquello a lo que tememos/odiamos/no toleramos. Si, Chile te enfrenta a todo aquello que no deseabas pero que sólo tu sabías, temas tan profundos a sanar salen a flote. Es tan bizarro conocer a otras extranjeras (casualmente sólo lo he discutido con mujeres) que perciben lo mismo, se han enfrentado a sí mismas, han deconstruido su Ser para pasar la prueba del universo, trascender si o si. Es decir, se llega a morir mental y emocionalmente para renacer, no sólo en esos dos aspectos, también espiritual y físicamente.

Porque cada experiencia mantiene el fuego que ilumina la senda a transitar para cumplir con los propósitos trazados para esta encarnación. Entre más intensa esta es, más arden las brasas vitales, pero esa llama que enciende al alma la consume hasta apagarla.

Es irónica la potencia energética en Santiago, pues su influencia incluso repercute sobre el cuerpo físico, no sólo de las personas. La Pachamama se manifiesta libremente con tsunamis, erupción de volcanes, temblores y temporales. Sin embargo, de esa manera estremece al ser humano para despertarle, recordarle quien es, porque ella es la Gran Madre. La Sagrada Madre sabe la medida exacta de lo que precisan sus hijos para evolucionar. Su medicina de amor se encamina al enfrentamiento de todos los demonios con los que carga la persona, dando poco chance de huir.

Al tiempo, aprecias la simpleza de la vida, te presenta a quien debes conocer, los mensajes llegan de una u otra forma: animales, plantas, publicidad, desconocidos...son tan extrañas y mágicas las señales del universo que terminas siendo un semiólogo autodidacta. La Consciencia, la intuición, los dones despiertan, al tiempo que incrementa la sed de espiritualidad, reconexión con lo SAGRADO con el SER SUPREMO.

Se dice de que la ceniza es la esencia del fuego, cuando todo se reduce a estas surge la elevación espiritual, la unión del todo y sus partes, es el momento no dual, simplemente se ES. Ahí se integra cada instante, energía, sentimientos, ideas, diálogos... todo lo experimentado desde el vientre materno hasta ese instante se reconocen, se graban y aprenden. Entonces, renace de entre las cenizas este nuevo ser.

Para mi eso es Santiago.  Me recuerda el fragmento de una canción católica que en el colegio nos hicieron aprender para la primera comunión: "un molino la vida nos tritura con dolor, Dios nos hace eucaristía en el amor". La dicotomía experiencial transmuta en unidad, consciencia, SER, ser en el presente.

La magia de este país es que con la misma fuerza e intensidad con la que cae, se levanta, una y otra vez.


Gracias Chile,


Syl Cassalins.





 (Aclaro, aunque no profeso la religión católica,  la respeto, pues en su entorno crecí. Además, cada quien es libre de resonar con lo que su corazón le dicte como verdad absoluta.)



jueves, 27 de agosto de 2015

Rezo mi rezo

"Soy la hija de la Pachamama, la Luna me guía y las Estrellas me arrullan; el Sol me energiza y el Arco Iris alimenta mi alma", 
Syl Cassalins. 

domingo, 19 de julio de 2015

HOGAR




Cuando descubrí que mi hogar soy yo, mi cuerpo - mente - emociones - alma, la angustia se disipo. Es un lugar - estado móvil  y estatico al mismo tiempo, real e imaginario donde la mente, emociones y alma convergen al situarse dentro del cuerpo. A donde va el cuerpo van todos. Entonces, quiere decir que nuestra naturaleza en todos sus componentes fluye constantemente sin importar la ilusión óptica proyectada... somos nuestro hogar, uno mutable, adaptable o inadaptable al entorno, aun así fluyente y andante.

Syl Cassalins.