Entre virus y voces
Y sucumbí al caudal del momento presente dejándome arrastrar por las vertiginosas corrientes que atraviesan filosos peñascos. Me permití ir adentro, explorar mis miedos y demonios. La penumbra me cobijó cuando la cuarentena inició.
Una y otra vez naufragué mentalmente desafiando mis temores e inseguridades más profundas. Percibí mi alma desgarrarse con zozobra ante la incertidumbre de volver a sentir la caricia del sol en mi piel y sonreír bajo su bendición.
Durante el denso revuelo emergió sin previo aviso la voz conciente del anhelo inherente
de mi alma latente. Potente fue su despertar, que nunca más logre silenciar aquella brújula espiritual.
-Syl Cassalins
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